lunes, 30 de marzo de 2015

ANTECEDENTES QUE GENERA LA REV. CUBANA EN EL ARTE

DECADA DE LOS 60

Con el triunfo de la Revolución (1959), el nuevo gobierno promueve una entonces incipiente política cultural que, si bien no define las formas de expresión artísticas a desarrollar, reniega de las tendencias abstractas todavía en boga. Veladamente postula, a través de los discursos de intelectuales de orientación marxista, un arte ideologizado que ensalce los logros del cambio social, o que al menos sea un arte que no haga "armas" contra la Revolución.




En estos primeros años sesenta se inicia la "consecuencia cultural más importante de la Revolución: la de haber provocado el éxodo continuado de cubanos y la cristalización de una cultura cubana en países como Estados Unidos" . Entonces muchos artistas salieron para el exilio, incluyendo a la mayoría de los expresionistas abstractos. éxodo que por decreto se interrumpe a finales de los años sesenta y que se inicia nuevamente, por decisión estatal, en la década del ochenta, ante la eclosión de un arte político de fortísimo cuestionamiento a las instituciones del gobierno.


En esta primera década "revolucionaria", el apoyo del gobierno a los talleres de grabado y de diseño gráfico -eficacísimo medio difusor de mensajes ideológicos- genera el auge de un arte figurativo a través del cartel y la valla. Arte que en su forma expresiva evidencia la fuerte influencia del pop-art y de la cartelística polaca. Artistas como Raúl Martínez, René Azcuy, Félix Beltrán, Eduardo Muñoz, Umberto Peña y Alfredo Rostgaard, desarrollaron con fuerza este lenguaje de afiches, con estéticas que los hace bien diferenciables: desde la simbología de Beltrán, hasta el uso de la fotografía en Azcuy, pasando por el dibujo impresionante de Rostgaard. Se destaca entonces la cartelística de difusión cultural.
No obstante la hegemonía del cartelismo durante los años sesenta y parte del setenta, la abstracción perdura en la obra de importantes artistas como Martínez Pedro, Antonio Vidal y Sandú Darié. Este último desarrolla, en la década del sesenta, un arte cinético en el ámbito urbanístico, sobre todo en La Habana.

A tono con los acontecimientos anteriores, las artes plásticas de los años sesenta protagonizaron una "revolución" materializada en la asunción de lenguajes que se caracterizaron por la libertad de los procedimientos: desde la abstracción y la figuración, pasando por el expresionismo y el informalismo, a través de técnicas experimentales como el ensamblaje y el collage. No obstante la diversidad, predominó la línea figurativa de carácter expresionista y muchas veces experimental, siendo el collage la técnica que permitió "una salida airosa a la abstracción" (Cobas).

La década del sesentmuestra una importante representación de la nueva figuración en pintura y escultura, línea que se venía realizando en los Estados Unidos desde mediados de los años cincuenta. Destacan de este período Antonia Eiriz (1931-1995), Raúl Martínez (1927-1995), Servando Cabrera Moreno (n.1923) y Ángel Acosta León (1932-1964).
Muy contrario al optimismo de los primeros años "revolucionarios", la obra de Antonia Eiriz se desarrolla dentro de las claves de un expresionismo figurativo muy grotesco, que no se aviene con la línea ideológica que entonces predominaba. Sus pinturas y esculturas-instalaciones parecen ir a contracorriente: son la materialización del dolor, del drama y de la tragedia. Destaca de su producción el cuadro La anunciación (1962), obra entendida como premonitoria de la actual situación cubana.

FUENTE: http://www.monografias.com/trabajos915/arte-cubano-siglo/arte-cubano-siglo2.shtml

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